lunes, 3 de mayo de 2010

Continuación.

Debo seguir este blog con una frase que creo, pertenecía a Lord Byron: "Cuanto más conozco al hombre, más quiero a mi perro", o algo así; y esto no es simple vanidad por mi parte, debo recordarle querido lector que este es tan sólo mi más humilde punto de vista, así como también me incluyo en todo momento; en ambos géneros; el humano y el de músico, en otras palabras, yo no me libro de estos "pecadillos".

Yo, ciertamente, me he visto envuelto en más de una charlatana discusión sobre si este intérprete hace esto, o aquel hace esto otro, conversaciones que nunca llegan a nada más que al despropósito de ocultar nuestras frustraciones, envidias y rencores, volcándolas hacia otro ser. Por eso, este blog es en buena parte para mis colegas músicos, sí amigos, déjen que cada uno se desarrolle tanto profesional como espiritualmente, no tiremos más "leña al fuego"; es cierto que la crítica es parte importante, sino fundamental, de nuestro trabajo (como debe serlo para tantos otros), pero que esta sea una crítica saludable, en otras palabras, para que crezcamos como artistas y como personas, como almas libres; quizás esto último suene un poco romántico, pero no deja de llevar una carga de humildad y quizás de humor si quieren.

Deseo terminar este tema por lo pronto (ya que seguramente lo abordaré en futuras entradas), haciendo un llamado a aquellas personas que aún encuentran fascinante y misterioso el mundo de la música, a los melómanos, a los ejecutantes de algún instrumento, a los musicólogos, educadores y demás; no caigamos en este juego de "viejas chismosas" y aprendamos a valorar al músico por lo que aporta, critiquemos, sí, pero para exigir cosas mejores, critiquemos, pero no sin tener un fundamento, y critiquemos, para que ese artista al que criticamos se rete a hacerlo mejor, y no como en palabras de "Joselo" (comediante venezolano) "Critica por criticá' ".

Gracias.

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